Pórtico de entrada

El pórtico de acceso al recinto es de factura sencilla, se divide en dos cuerpos. En el inferior sobre el dintel, aparece un retablo cerámico en el que se nos muestra la advocación del monasterio: San Jerónimo escribiendo la Vulgata.

Pórtico de entrada

En la parte superior se desarrolla un frontón triangular rematado con bolas en los ángulos, el centro del mismo se decora con un escudo de piedra que recoge las armas del benefactor Don Alfonso de Aragón, nieto del Rey “Jaume II, el Just”.

En su insignia nobiliaria destacan las barras de Aragón por su abuelo el rey Jaume II, y enclavado, lises y lambel, por su abuela Blanca de Anjou, princesa de Nápoles, el león rampante símbolo de la orden Jerónima y un brazo de águila con una espada por el marquesado de Villena.

Poblado morisco

Tras el ingreso al recinto, en su parte derecha se sitúa la alquería. Se trata de un poblado morisco preexistente, que muy probablemente perteneciese al lugarejo de Cotalba sobre el que se llevó a cabo la fundación del monasterio. Destaca la torre exenta, del siglo XIV anterior al monasterio y de carácter defensivo, remodelada en el siglo XVII, de planta cuadrangular cubierta a dos aguas, la cual guarda un fuerte parecido con la que se conserva en Alfauir.

Cotalba, probablemente signifique: Cota (colina), Alba (blanca).

Poblado morisco

Este lugarejo de Cotalba fue donado a los monjes jerónimos en 1388, por el primer duque de Gandía, Don Alfonso de Aragón, conocido como “Alfons el Vell”, que previamente había adquirido a los moros por 550 sous y que constaban de un total de 8 heredades y 5 cuartones.

Inmediatamente a la donación se inicia la construcción del monasterio, con licencia del cardenal de Valencia Don Jaime, hermano del duque fundador.

Torre mayor

Es el centro de atención del edificio por su volumen y altura y sobresale de la línea de la fachada principal. Fue realizada en los siglos XIV y XV, adosada a la iglesia y junto a la plaza del monasterio. Se trata de una construcción de planta rectangular.

La construcción es de mampostería en el paramento central de cada cara, con un encadenado de sillería en los ángulos. La torre está dividida en cuatro cuerpos mediante molduras, siendo el último cuerpo rematado con almenas, el que albergaba las campanas. La cubierta es de ladrillo macizo sobre arcos apuntados. Esta torre es característica de las fortificaciones medievales.

Torre mayor

En la primera planta se localiza un panel cerámico dedicado a San Jerónimo en el que aparecen tres de los emblemas que identifican al santo: la cueva, el león y el birrete cardenalicio. Junto a estos aparecen otros símbolos más relacionados con la orden: un libro, un mapamundi y una escuadra. El último cuerpo es el de campanas y presenta cuatro vanos apuntados, uno por cada lado.

La torre es el lugar escogido para situar la lápida fundacional. Dicha lápida está escrita con letras góticas y cuyo texto en valenciano dice:

“Lo Molt Alt Senyor Don Alfonso, fill del Infant En Pere, Duch de Gandia, Marques de Villena, Comte de Ribagorça e Denia funda aquest monastir a honor de Deu e Sant Geroni l’any MCCCLXXXVIII”.

Fachada principal

La fachada es la imagen más representativa del Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba. Sobresalen dos torres, la torre mayor y la torre prioral, ambas situadas en los ángulos.

Debido a las reformas llevadas a cabo en la iglesia y que tuvieron como consecuencia el recrecido del edificio, se modificó sustancialmente la imagen que ofrecía la fachada. Así el protagonismo de la torre en la visión general del conjunto se vio menguada.

Fachada principal

La fachada que recae a la plaza está dividida en tres plantas más la cámara.

Destacan las portadas de ingreso del cenobio y los vanos dintelados que no siguen un orden lineal a excepción de los de la cámara; sobresalen los balcones de rejería de la primera planta, realizados en el siglo XVIII con azulejería en el solado.

Uno de los accesos da paso a la iglesia, situándose bajo el porche, es de arco apuntado con archivoltas que apean en pequeñas columnillas.

La portada principal, que da paso directo a las dependencias monásticas, es de arco apuntado de sencilla labra y sobre ella se dispone en un tondo el escudo del fundador.

Acueducto

La construcción del acueducto tiene su origen en los problemas de abastecimiento que planteaba la fuente de Canelles, donada al monasterio a finales del siglo XIV, problemas que se vieron un siglo después solucionados por la donación de un particular de la fuente de Batlamala.

Para salvar la distancia de 5.800 metros que hay entre la fuente y el monasterio, el agua se canalizó en esos primeros tramos mediante tubos cerámicos, para desarrollarse el acueducto en la parte más cercana al monasterio salvando el desnivel topográfico.

Acueducto

Así el acueducto se divide en dos alturas, la inferior del siglo XIV, con arcadas apuntadas realizadas en ladrillo y la superior de los siglos XV y XVI, con la misma tipología de arcos pero de menor tamaño con el mismo tipo de fábrica, mientras que en las proximidades al monasterio la fábrica es maciza, únicamente interrumpida por la puerta que da paso al jardín.

Jardines románticos

El lado de poniente fue el elegido para realizar un jardín romántico por la familia Trénor. Los jardines románticos tienen un estilo de los que realizaba el prestigioso arquitecto-paisajista francés, Nicolás Forestier a principios del siglo XX.

El jardín tiene acceso desde la plaza pasando por la balsa de riego, situada también en este lado.

Jardines románticos

En él hay variedad de árboles y plantas no autóctonos, entre ellos se encuentra el estanque que recibe agua a través de una cascada adosada al acueducto, sirviendo éste último como cerramiento para el jardín.

Tanto los jardines como las demás zonas adyacentes al monasterio, configuran espacios ambientales de gran interés paisajístico.

El pinar

El monasterio cuenta con amplios pinares que lo rodean, situados en la parte posterior de los jardines románticos. Los pinares poseen senderos y caminos para la práctica del senderismo y bicicleta de montaña (BTT).

Por este bello paraje del monasterio transcurren dos rutas de senderismo señalizadas, son la Ruta de los Monasterios de Valencia (GR-236) de gran recorrido y el PR-100 “Senderos de Rótova”, de pequeño recorrido.

Durante las pascuas es tradición, en los pueblos de la comarca próximos al monasterio, tomar en ellos la “mona” en familia o con amigos disfrutando de este paraje.

 

El pinar